El movimiento Chipkó surge en el norte de la india en la región del Himalaya a principios de los 70’. Es un movimiento ambientalista principalmente de mujeres fuertemente influenciado por el gandhinismo que en sus comienzos realizaba protestas de índole gandhinistas en las que las mujeres se ataban a los árboles Banj para impedir su tala frustrando los intentos de los madereros y convirtiéndose en la postal clásica de este movimiento. Hicieron visible una forma de comprender el papel de la mujer en el mundo en cuanto a su estrecha relación con la madre tierra.
Ancestralmente las mujeres de los pueblos nativos himalayos
del norte de la india se dedicaban a la recolección de frutos, hierbas medicinales y
comestibles y tubérculos de los bosques de árboles Banj que regulaban el flujo hídrico
de los ríos mientras que los hombres se dedicaban al comercio y la agricultura.
Con la modernización económica de la india y su entrada a la distribución
mundial del trabajo por parte de las empresas multinacionales, se comenzó una
tala indiscriminada de los árboles Banj (inútiles desde el punto de vista
economicista) y a sustituirlos por extensas plantaciones de pinos (económicamente
muy provechosos debido a sus aceites, su madera, sus chips y su resina) que echando
a perder la porosidad del suelo y no regulando el flujo hídrico como los Banj en
relación a la época de los monzones la situación devino en un impresionante
aumento de las inundaciones y los desprendimientos de tierra en toda la india
además de la pérdida de biodiversidad que deterioró y transformó para peor la
vida de las mujeres que antes vivían en una relación directa con el bosque.
Debido a que el sol calienta el suelo más rápidamente que el
mar genera sobre la tierra de la península hindú una masa de aire mucho más
caliente que la oceánica la cual como es más densa la desplaza generando la
incursión de un frente de inmensas lluvias que se conoce con el nombre de
monzón, dichas lluvias pueden ser de más de 10.000mm en un corto tiempo de duración (ver mapa de circulación del monzón a continuación).
En india las personas ancestralmente han aprendido a vivir en torno al monzón y
de esta lluvia depende si las cosechas serán buenas y abundantes o escasas y el
árbol Banj cumple un rol ecosistémico indispensable al evitar las inundaciones
y desprendimientos de tierra así como todos los males que devienen a partir de
ellos
Así a principio de los 70’ mujeres de diversas aldeas a lo largo de
todo el Himalaya desde cachemira hasta Arunachal Pradesh comenzaron a
organizarse para abrazar los árboles impidiendo la acción de las madereras y en
1972 dos discípulas directas de Gandhi (Mira y Salana Beh) participan conjunto
a miles de mujeres en la fundación del el movimiento Chipkó (que en hindi
significa abrazar) en Uttar Pradesh, que luego tuvo como principal referente a Vanda Shiva,
nacida en 1952 de padre guardabosques y madre granjera, en India se recibió de
agrónoma y luego migró a Canadá deonde obtuvo una maestría en filosofía de la
ciencia de la universidad de Guelph (Canadá) y un doctorado en filosofía de la
universidad de Ontario Occidental (Canadá), ha tenido numerosas publicaciones
académicas tanto sobre ecología como sobre el rol social democratizador de la
mujer, su intensa militancia política y los movimientos revolucionarios que ha
creado le valieron que en 1993 la consagraran con el premio “Right Livelihood”
(también conocido como premio novel alternativo).
De más está decir que las Chipkó han sido perseguidas por la
policía, además de ser ofendidas y vilipendiadas por la prensa hindú que las ha
tachado de “estar contra el progreso”.
Fueron amenazadas por el ejército pero era demasiado inmoral
balear a mujeres desarmadas por lo que no pudieron expulsarlas como tenían
planeado.
Pero desde entonces el movimiento Chipkó ha tenido notables
éxitos, no sólo en frenar el avance maderero sino también el de cultivos
transgénicos preservando las semillas nativas. La soja y sobre todo el algodón
transgénico de Monsanto se le impuso a los campesinos y estos al no poder
producir semillas y al verse obligados a comprar agrotóxicos costosos, se
empobrecieron cada vez más hasta que en los 90’ en una manifestación pacífica queman los
contratos y la producción de algodón siendo masacrados por el ejercito.
El movimiento Chipkó ha tenido especial importancia en la
preservación y difusión de semillas nativas, fertilizantes y el desarrollo de
la agroecología creando un importante banco de semillas nativas en las que los
campesinos llevan las semillas, las reproducen y cuando pueden y a como pueden
devuelven más semillas de las que se llevaron para así darle posibilidad a que
más gente se beneficie. Con esto han logrado la soberanía alimentaria de muchas
comunidades y los medios económicos para la difusión internacional de su
situación además de la creación de escuelas e institutos agroecológicos para la
formación de los campesinos.
La mujer es la columna vertebral del movimiento tanto en lo
ideológico, en la práctica, en lo político, como en lo espiritual, plantean una
nueva forma de relacionamiento con la naturaleza ambiental y económicamente sustentable
que tiene a la mujer como centro espiritual de la relación entre los seres
humanos y la madre tierra.
Hoy en día su lucha contra el deterioro de las tierras
producido por los transgénicos y agrotóxicos de Monsanto así como contra la
forestación continúa, pero además se han vuelto un símbolo global de la lucha
de las mujeres por el lugar político que les corresponde en la sociedad al
mismo tiempo que sus abrazos a los árboles son un símbolo del más puro amor a
la naturaleza y la relación sistémica que tenemos todos con ella.
La opresión a las mujeres y la de la opresión a la
naturaleza comparten una misma raíz que es el sistema capitalista global que
considera a la naturaleza un recurso, es decir algo que está allí para ser
usado indiscriminadamente por el hombre (que para el machismo capitalista es el
centro absoluto de todo lo que hay en el planeta), y la mujer es vista como un
recurso de reproducción y un objeto (pornografía, prostitución, propaganda con
su cuerpo) y sujeto (cosméticos, moda, etc) de consumo, recordemos que el
patriarcado y el derecho masculino de herencia es una condición que originó la
propiedad privada y que es necesaria para el mantenimiento del sistema como ya
lo desarrolló de manera brillante F. Engels en su obra “El origen de la familia,
la propiedad privada y el Estado”
Las Chipkó encarnan en si toda una simbología de combatir la
agresión del feroz capitalismo global con lo femenino, con el amor a la gran
madre, con esa sensibilidad y lo intuitivo que las mujeres despiertan tanto en
si mismas como en quien las ve y no le queda al mundo otro remedio más que
escucharlas, planteando que la naturaleza no es un recurso sino un todo del que
solo somos una parte y que la mujer no es un objeto del hombre ni un mero
espantapájaros político indiferente al transcurso de la historia, ni tampoco un
objetivo consumista.
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Glückwünsche! Notable artículo ��
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